Creemos:
Creemos que hacer el trabajo en la Iglesia como un cuerpo (equipo) es el VERDADERO diseño de Dios para un ministerio efectivo.
Creemos que cada hijo debe comprometerse con un estilo de vida de crecimiento espiritual coherente, siendo honestos para con Dios y para quien supervisa pastoralmente SU servicio al Señor Jesús.
Creemos que cada cristiano es un hijo al servicio de Dios a quien nuestro Padre Celestial ha dado dones y talentos que han de ser descubiertos y desarrollados en la Iglesia.
Creemos que Dios es digno de lo mejor de nosotros y por lo tanto todo debe ser llamado a la excelencia.
Creemos que es clave y vital para un desarrollo efectivo de la congregación tener un amor genuino de entrega (ágape) y cuidar la relación fraterna entre nosotros como hermanos en la Fe.
Creemos que el evangelismo más efectivo es el interpersonal.
Creemos que el Padre, Hijo y Espíritu Santo son uno en Cristo Jesús (1 Juan 5:7; Mateo 28:19).
Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, es la única autoridad en materia de fe y conducta. Creemos en la inerrabilidad de las Escrituras (2 Timoteo 3:16).
Creemos que Cristo murió para salvarnos. Que en la cruz Él anuló el decreto de muerte contra el hombre y exhibió públicamente los principados y potestades de Satanás, venciendo sobre ellos (Colosenses 2:13-15).
Creemos en el arrebatamiento de la Iglesia. Los muertos en Cristo resucitarán primero y los vivos seremos transformados (1 Tesalonicenses 4:16-17).
Creemos la Segunda Venida visible de Jesucristo esta Tierra (Apocalipsis 19:11-16; Hechos 1:11).
Creemos el Señorío de Jesucristo. Cristo es el único mediador entre Dios y el hombre. Él es el Señor de la Biblia y de la Iglesia (1 Timoteo 2:5).
Creemos los cinco Ministerios de Cristo a la Iglesia que habla Efesios 4:11, los Nueve Dones del Espíritu Santo que habla 1 Corintios 12:9-10 y los Dones Espirituales de Servicio que habla Romanos 12:7-8.
Creemos que la salvación es por gracia de Dios, no por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).
Creemos que el Bautismo del Espíritu Santo es una experiencia distinta y posterior a la experiencia del Nuevo Nacimiento (Hechos 8:12-17; 10:44-46; 11:15-16; 15:7-9).
Creemos en la Sanidad Divina y Sanidad del Alma (emociones, sentimientos que han sido heridos, traumas de la niñez), Liberación de espíritus malos y Sanidad Física (Isaías 53:4-5; Isaías 61:1-3).